Anteproyecto de vivienda unifamiliar aislada
Morade, Sabarís. Baiona

2000
Superficie
345,49 m²
Superficie
345,49 m²
Una retícula rígida para una parcela muy irregular: orden, siempre orden. Un eje norte-sur; un detrás y un delante. Las vistas en oposición al soleamiento. Intentar unificarlos garantiza el fracaso. La vía lógica pasa por dar soluciones independientes a ambos condicionantes.
Construir para cualificar espacios abiertos. Y cerrados, claro…
La situación de la vivienda debe de buscar siempre el mejor compromiso con la topografía, el soleamiento, las vistas y los accesos. Nunca hay una única solución, pero creo que esta es la mejor ubicación posible.
Una sección compleja para una parcela con sorpresa. Inventar altura donde no parece que exista. La parcela parece horizontal, la volumetría de la vivienda apenas cuenta lo que pasa dentro. Es nuestra sorpresa.
Dos volúmenes claros se afirman en el terreno dominando una parcela que ya de por si es dominante en su entorno. No es el momento de la inseguridad, la edificación necesita carácter para ubicarse.
Un volumen casi cúbico es el pivote que se adelanta en la composición y sitúa la vivienda. Una pieza totalmente perforada exterior e interiormente, una atalaya. El salón y el dormitorio principal encuentran su sitio en él.
Un segundo volumen más bajo y alargado desarrolla el resto del programa, los otros dormitorios, la cocina y el comedor, entrando poco a poco en el terreno y vinculándose más a él. Como un muro ancho que sale de la atalaya y marca la frontera entre interior y exterior.
Porque el exterior también es interior, y asi se concibe la vivienda, ya que corríamos el riesgo de perder parte de una parcela que ya no era muy grande. Por eso aparece un gran patio trasero que es el que libera la fachada y le permite el máximo soleamiento de poniente.
En la articulación de los dos volúmenes aparece, como casi siempre, la entrada, buscando el corazón de la casa. Y adoptando en este caso un valor mucho mayor, al vincular espacialmente ambas piezas.