Proyecto de reforma de local comercial para balneario urbano
Vigo

2003
Superficie
566,29 m²
La disposición espacial del local permite estratificar el programa en tres niveles y especializar los servicios ubicados en cada uno de ellos. De este modo, se crean tres grupos relacionados con las tres plantas del local:
- En el nivel de acceso se sitúan los vestuarios y una pequeña zona de intercambio. A través de esta se accede al ascensor o al área de servicios de esta planta. Esta se dedica en su totalidad a los tratamientos de hidroterapia (piscina y bañera de hidromasaje con camas de agua, baño turco o terma, duchas de varios tipos, pediluvio y cabinas para masajes Vichy, fangos, bañera NeoQi, etc).
- En el segundo nivel se sitúan los tratamientos de belleza (solárium de diferentes tipos, peluquería, maquillaje y tratamientos faciales entre otros). También la zona de descanso-relación y el minibar.
- En el nivel superior, además de la zona de administración y personal, se ubica una sala multiuso prevista para actividades pedagógicas o ejercicios físicos de bajo impacto (yoga, pilates). También se sitúa la consulta médica y las salas para masajes “secos” (deportivo-terapéutico, de piedras calientes y otros).
Se prima la posibilidad de utilización “rápida” del local mediante el acceso inmediato de los diferentes niveles sin tener que atravesar zonas intermedias de otros usos.
De este modo no se penaliza la interrelación entre los diferentes sectores para aquellos clientes que demanden tratamientos de diferente naturaleza.
El hecho de contar con un espacio conformado y un programa de necesidades con una definición bastante clara y detallada ha transformado el proceso de proyecto en prácticamente un rompecabezas.
Por encima de todo se ha trabajado el aspecto de las circulaciones, la seguridad de los ocupantes y la accesibilidad de todas las partes del local.
Se aprovecha toda la potencia espacial del local, utilizando la máxima altura posible en cada caso, sobre todo en la zona de hidroterapia. De modo que se recupere, aunque a pequeña escala, claro está, la espacialidad de las termas romanas o los baños turcos. Se pretende que, por encima de todo, el local no responda al patrón habitual de este tipo de establecimientos.
Normalmente resueltos en un plano de altura uniforme y como una ramplona secuencia de espacios impersonales. Se confía en que el espacio aporte el plus de satisfacción que transforme el servicio prestado en un servicio óptimamente valorado por el cliente.
La paleta de materiales se encarga de redondear el objetivo, aportando limpieza, sencillez y elegancia al local. Básicamente madera de roble, piedra caliza de Lérida y vidrio.