Rehabilitación y ampliación de vivienda unifamiliar aislada

El edificio crece a partir de las ruinas existentes, reconstruyéndolas para albergar el área de día y extendiéndose orgánicamente hacia el este mediante paquetes fragmentados de dormitorios.

Con ello, fracturamos una vez más la unidad de la solución y descomponemos la geometría. Siempre en la intención de mantener la escala dentro de unos límites marcados por las preexistencias y el lenguaje vernáculo.

La unidad final del proyecto se logra a través de una segunda piel de vidrio que serpentea por las fachadas al norte de los diferentes paquetes. Así se genera una galería de circulaciones transparente a las vistas del valle, que invierte el concepto de pasillo servidor como elemento auxiliar.

De esta forma se consigue un ambiente abierto y de relación con el exterior, utilizable en cualquier época del año.

En oposición a esta galería abierta, la vivienda se cierra al sur con muros de piedra casi opacos. Con ellos se busca la iluminación de los dormitorios y aseos a través de pequeños patios en cada una de las piezas. Se protege así la vivienda de las vistas de las parcelas traseras, que se encuentran a mayor altura.