Proyecto de reforma de nave industrial para Presagio, S.L.
Avenida del aeropuerto, Vigo
2000-2001
Superficie
1.659,57 m²
Superficie
1.659,57 m²
Con un punto de partida bien definido en cuanto a necesidades y habiéndose confiado en un asesoramiento mixto arquitectónico-ingenieril en lugar de uno puramente industrial, habremos de aportar aquellas cualidades espaciales inexistentes en la actualidad. No hacerlo supondría renunciar a la innovación en este aspecto.
El planteamiento de la renovación debe ser coherente. Por tanto las nuevas tecnologías deben ir de la mano de las innovaciones arquitectónicas en respuesta a las nuevas necesidades.
Suelen decir las memorias de los proyectos –paranomásicamente- que no tenemos nada que decir porque todo se dice en los planos. Aunque a veces es cierto, y tanto más cuanto mayor es la calidad de este. Sí nos gustaría decir que lo único que hemos procurado es dar solución a las viejas y a las nuevas necesidades desde un criterio de máxima racionalidad y flexibilidad.
Todo ello sin renunciar a una imagen limpia y distante del caos habitual en este tipo de instalaciones. Además, incorporaremos soluciones habitualmente propias de otros tipos de arquitecturas pero perfectamente factibles y útiles para nuestros propósitos.
La nueva nave se podría leer como un volumen paralelepipédico de 53 x 16.50 x 7.50 metros, con una superficie útil resultante de aproximadamente 875 m². Únicamente cuenta con una planta a pesar de su altura libre.
Dado que las ordenanzas nos lo permiten y el tipo de actividad no precisa de una gran altura libre para desarrollarse, hemos pensado en dividir horizontalmente el espacio construyendo una entreplanta en un 80% de la superficie. Consiguiendo casi duplicar la superficie disponible para el proceso productivo.
Ello nos permite también solucionar uno de los puntos fundamentales de nuestra intervención. Separar claramente las actividades de administración de las puramente productivas, al trasladar las primeras al nivel superior. Además, contar con tal superficie supone poder dar solución a los principales problemas existentes en la actualidad.
A la vez, permite aportar cierta riqueza espacial poco posible con superficies ajustadas. Igualmente nos permite ordenar con mucha claridad (como podremos ver en las plantas que expondremos más adelante) las diferentes áreas de producción, almacenaje…
Superponemos todos los preceptos de las nuevas normativas, especialmente en el caso de las que afectan a la seguridad. El fin es hacer de este nuevo espacio un ejemplo modélico de innovación, seguridad y estética.
Por ello podemos apreciar como las áreas destinadas a circulaciones de personal y público y las de atención al cliente cobran especial importancia sin ir en detrimento del ámbito productivo que sigue prevaleciendo.
La distribución de los diferentes espacios está caracterizada por la fuerte axialidad que imprime el corredor central. Claramente definido por los cerramientos laterales que le confieren un comportamiento estanco al fuego. Siendo esto con el fin de convertirse en un recorrido seguro de evacuación en caso de incendio. Y con ello, evitar la construcción de una prácticamente imposible escalera de emergencia en la parte posterior del edificio.
Pero como todo inconveniente es susceptible de ser convertido en ventaja, hemos pensado en hacer de este corredor el espacio caracterizador de la nave. Introduciendo cenitalmente luz en él y ensanchándolo a nivel de la planta superior para permitir el paso de la luz hasta la planta baja.
La flexibilidad de la intervención es otro de los criterios aplicados en nuestro proyecto. Si partimos de un contenedor aséptico y, por definición, flexible, no debemos perder este carácter con nuestra intervención.
Por ello recurrimos a técnicas y materiales que nos permitan que en un futuro la aparición de nuevas necesidades o la variación del sistema productivo no impliquen un nuevo traslado de la empresa. Tan solo una simple tarea de reordenación de espacios.